martes, 24 de agosto de 2010

La Fuente de la Doncella (1959)

Otra de las realizaciones que dejó una fuerte marca en los recuerdos cinematográficos de la adolescencia de quien escribe... Digo adolescencia, porque debo haber visto esta película allá por 1984, una vez finalizado el gobierno de facto en Argentina. Y por ende, unos veinticinco años después de haberse filmado.

La crudeza de sus imágenes y su maravillosa fotografía en blanco y negro, sumados a una edad en la cual muchas memorias quedan impregnadas, por distintos motivos, permitieron que "La Fuente de la Doncella" (también conocida como "El Manantial de la Doncella" en otros países de habla hispana), genial obra de arte del inmortal director sueco Ingmar Bergman, unánimemente reconocido como uno de los mejores cineastas de todos los tiempos, permaneciera grabada a fuego en mi mente pese al paso de más de medio siglo desde que fuera creada!

La historia es simple, pero a la vez poseedora de un vigor visceral. "La Fuente de la Doncella" se ambienta en Suecia, durante el transcurso del siglo XIV. Karin (la actriz sueca Birgitta Petterson, quien solamente ha filmado ocho películas, aunque la última de ellas remite a muchos años después que la que nos ocupa, en 1997) es la hija virgen y adolescente de una pareja con fuertísimas convicciones religiosas, conformada por Tore (el imponente y maravilloso Max Von Sydow -partícipe de "El Exorcista", "Flash Gordon", "Conan el Bárbaro", "Duna" y "Hannah y sus Hermanas", entre otras grandes obras, hasta llegar a la reciente versión de "Robin Hood"-, quien ha cumplido 81 años en el pasado abril) y Mareta (rol interpretado por Birgitta Valberg, nacida en Estocolmo en 1916).

Es precisamente el cumplimiento de un ritual religioso el que desatará el profundo drama que se transformará en el eje argumental de la historia: Tore solicita a Karin que en el día de la conmemoración de la Vírgen durante la Semana Santa, viaje a caballo desde su granja hacia el pobladío -a través del bosque-, para llevar un presente hasta la iglesia. Para cumplir con tal solicitud, Karin parte acompañada por su media hermana Ingeri (Gunnel Lindblom, a quien hemos visto recientemente en la excelente "Los Hombres que no Amaban a las Mujeres", luego de casi una década sin filmar), la cual adora en secreto a los antiguos dioses paganos escandinavos (Odín, concretamente), a quienes les ruega que hagan caer en desgracia a la virginal Karin, a quien odia y desprecia. Ingeri espera un hijo bastardo, lo cual ha contribuído a escandalizar a su madre adoptiva Mareta.

Durante la travesía, Ingeri se aparta de Karin, quien se verá interceptada por tres harapientos y lúgubres pastores (Axel Duberg, Tor Isedal y Ove Porath, cuya única incursión cinematográfica ha sido este film), quienes procederán a violarla (en una escena de extrema crudeza), a darle muerte, y posteriormente a robarle sus costosos ropajes. Todo este aberrante hecho es observado por Ingeri desde un escondite, sin que haga nada por ayudar a su media hermana.

El destino cruzará luego a los siniestros pastores con Tore y Mareta, a cuyo hogar llegarán para solicitar comida y refugio de la helada noche invernal. Su gran error se producirá cuando intenten venderle a Mareta las ropas de la infortunada Karin, argumentándole que pertenecían a una hermana fallecida. Esto desatará la furia e implacable venganza de Tore, durante la cual también asistiremos a un pasaje de inusual violencia.

De más está aclarar que el clima sórdido y agobiante del film es una de sus más notables características. La carencia casi total de banda sonora, los parlamentos en sueco y la ambientación en la solitaria granja en plena Escandinavia del siglo XIV y en sus bosques circundantes, genera en el espectador un viaje ineludible hacia antiguas costumbres enmarcadas en remotos parajes.

La dirección, a cargo del enorme genio de Bergman (responsable de "El Séptimo Sello", "El Huevo de la Serpiente", "Fanny & Alexander", etc.) es -obviamente- magistral, creando una obra maestra desde la base de un simplísimo pero muy sólido argumento.

Las labores actorales son bellísimas, especialmente en lo que atañe a los personajes de Birgitta Valberg (Mareta), Gunnel Lindblom (Ingeri) y el mismísimo Max Von Sydow (Tore). Este trío central brindan a sus roles de una gran fuerza y pasión interpretativa.

Como datos complementarios, debemos mencionar que "La Fuente de la Doncella" ganó los premios Oscar y Golden Globe en el año 1961, en el rubro "Mejor Film Extranjero"; e Ingmar Bergman obtuvo una mención especial por este filme en el prestigioso Festival de Cannes de 1960. Condecoraciones que hablan por sí solas del valor de esta preciosa obra.

Totalmente recomendable para aquéllos amantes del Séptimo Arte que busquen emociones alejadas de los parámetros del cine moderno y comercial; y que disfruten de una puesta en escena cuidadosamente artesanal, al punto de transportar al espectador en un fantástico viaje de más de seiscientos años hacia atrás en el tiempo.

Título: "Jungfrukallan" ("La Fuente de la Doncella")
Año: 1959
Origen: Suecia
Director: Ingmar Bergman
Principales intérpretes: Max Von Sydow, Birgitta Valberg y Gunnel Lindblom.
Duración: 89 minutos
Calificación: 9 puntos

Comentó: Javier Parente, para OXIDO.-

viernes, 13 de agosto de 2010

Hellboy II: El Ejército Dorado

Interesante secuela del aún más interesante film del año 2004, especialmente desde el punto de vista del plato fuerte que proponen esta clase de producciones: el aspecto visual.

Nuevamente encarnado por el experimentado actor neoyorquino Ron Perlman (intérprete de grandes clásicos como "La Guerra del Fuego", "El Nombre de la Rosa" o "Alien: Resurrección"), retornan las aventuras del pétreo personaje rojizo del título: el del carácter temible, la fortaleza física casi incomparable y la prodigiosa mano gigante capaz de destruír a cuanto oponente ose interferir en su camino o sus ideas.

En esta segunda parte, el argumento gira en torno a una raza de místicos elfos albinos, comandados por el Príncipe Nuada (rol encarnado por el inglés Luke Goss, entre cuyos escasos antecedentes encontramos su participación en "Blade II" y algún capítulo de la serie televisiva "Fringe"), quienes revivirán una antigua guerra contra los humanos, para liberarse de la decadencia y opresión de éstos. Para tal fin, decidirá valerse del Ejército Dorado del título, una invencible armada de poderosos e indestructibles guerreros mecánicos, creada por su padre el Rey Balor (el veteranísimo actor británico Roy Dotrice) en tiempos remotos, los cuales yacen en una especie de exilio en algún oculto lugar en Irlanda.

Obviamente, el héroe rojizo deberá involucrarse en la lucha contra el Príncipe Nuada, a fin de impedir que el letal Ejército Dorado desate su incontenible poder sobre la raza humana, acto que finalizaría con un total exterminio de la misma, dadas las características de invulnerabilidad de estos enormes soldados mecánicos.

Junto a Hellboy estarán nuevamente su amada Liz (Selma Blair, protagonista también de la primer "Hellboy", como asimismo de "Legalmente Rubia""La Niebla"), su lugarteniente Abe (Doug Jones: "Batman Regresa", "Hombres de Negro II", "Doom") y el poco apreciado jefe Manning (Jeffrey Tambor). A este singular combo se les agregarán una suerte de científico reducido a una forma de ente gaseoso dentro de una escafandra (la galería de personajes que desfilan a lo largo del film son simplemente increíbles!) llamado Johann Krauss (John Alexander) y la hermana del Príncipe Nuada, la Princesa Nuala (valga la redundancia!), graciosamente interpretada por la actriz inglesa Anna Walton. Cabe aclarar que Nuala se muestra en absoluta disidencia con el modo de pensar de su belicoso hermano.

Desde el punto de vista visual, por supuesto que esta secuela es tan o más imponente que su predecesora. A modo de ejemplo, basta ver la secuencia que se desarrolla en el Troll Market, y sólo cabe asombrarse ante tamaño derroche de imaginación, puesto de manifiesto en la galería de personajes que allí podemos ver.

Pero la trama argumental y el desarrollo de la misma nos pareció un tanto menos atractiva que aquélla "Hellboy" del 2004, haciendo demasiado hincapié en intrascendentes cuestiones alegóricas a la intimidad de los personajes, tales como la conflictiva relación de convivencia entre Hellboy y Liz, o el amor que la Princesa Nuala despierta en el anfibio Abe.

Tampoco pueden destacarse en demasía las labores actorales, porque el estilo de película no deja mucho margen de acción para el lucimiento de los intérpretes. Ron Perlman le dota a Hellboy de su gran presencia física y carisma, y poco más hay por destacar en este rubro. Quizás mencionar al caractér de la Princesa Nuala, a quien Anna Walton le otorga una sensibilidad que excede las características fantásticas de la mencionada.

La dirección está a cargo del mexicano Guillermo del Toro, también responsable de la primera entrega.

Para resumir: siempre es divertido ver esta clase de producciones, dado que proporcionan entretenimiento asegurado y rara vez defraudan, especialmente porque lo único que se espera de ellas es precisamente eso.

Título: "Hellboy II: The Golden Army" ("Hellboy II: El Ejército Dorado")
Año: 2008
Origen: Estados Unidos / Alemania
Director: Guillermo del Toro
Principales intérpretes: Ron Perlman, Selma Blair, Doug Jones y Anna Walton.
Duración: 120 minutos
Calificación: 7 puntos.

Comentó: Javier Parente, para OXIDO.-

jueves, 5 de agosto de 2010

Nosferatu (1979)

Sin lugar a dudas, uno de los films preferidos de quien escribe, cómodamente instalado en el top five de las mejores películas que he visto en mi vida. O que más me han gustado, al menos. De hecho, no pude disfrutar de la magia de la versión original -la del año 1922, dirigida por F.W. Murnau y estelarizada por el exótico Max Schreck-, del mismo modo en que lo he hecho con esta remake, la cual he visto mínimamente una decena de veces.

La historia es por demás conocida: el viaje del agente
inmobiliario Jonathan Harker (interpretado por el gran actor suizo Bruno Ganz, a quien hemos apreciado en clásicos como "Los Niños del Brasil", "La Dama de las Camelias", o más recientemente en su imponente personificación de Adolf Hitler en "La Caída") desde la ciudad de Wismar (en Alemania) hasta Transylvania, situada en medio de los Montes Cárpatos. El motivo de tal travesía: ofrecerle al siniestro Conde Drácula (el maravilloso Klaus Kinski, también disfrutable en joyas como "Doctor Zhivago", "Aguirre: la Ira de Dios" o "Fitzcarraldo") una mansión para comprar en Wismar.

Con tal objetivo entre manos, tras despedirse de su esposa Lucy (la fascinante actriz gala Isabelle Adjani, a quien hemos admirado -profundamente...!- en "Verano Caliente" -"Un Verano Mortal", sería la correcta traducción-, "Camille Claudel" o "Diabólique"), a la que Adjani le imprime su única e inimitable espectral palidez helada!, Jonathan se dirige a caballo en este largo viaje, el cual le toma varios días llevar a cabo.

Al llegar al lúgubre y fantasmal castillo en los Cárpatos, se enfrentará a la siniestra abominación encarnada magistralmente por Kinski, donde asistiremos a algunas de las escenas más oscuras y tenebrosas de la historia del cine de terror, tal como aquélla en la que el Conde le susurra a Jonathan en medio de la soledad y el silencio nocturno de los Cárpatos, solamente alterados por el lastimero llanto de los lobos en las afueras del ruinoso castillo... Simplemente, uno de los mejores momentos que el Séptimo Arte nos ha brindado a los amantes del cine más terrorífico.

La acción proseguirá luego con el descubrimiento de la belleza de Lucy a manos del Conde, tras ver un pequeño retrato que Jonathan lleva consigo; y la posterior obsesión por ir en su búsqueda hasta Wismar, adonde llegará en un barco completamente infestado de ratas, las cuales diseminarán la peste por esa región de Europa... De más está decir que toda esta porción del filme está atiborrada de escenas inolvidables, enmarcadas en una fotografía sencillamente alucinante: por sólo citar un ejemplo, el arribo del barco al puerto de Wismar, tan sólo tripulado por su capitán -muerto- y amarrado al timón, más una infinidad de roedores que rápidamente comienzan a diseminarse por la ciudad, es sumamente impresionante. En realidad, casi toda esta realización lo es, por lo cual no tiene mucho sentido describir tal o cual pasaje, este film es arte puro y absoluto en su más oscura expresión; de visión indispensable para cualquier amante no sólo del género de terror, sino del cine en general.

No hay palabras para describir las labores actorales de la "pareja central", el polaco Klaus Kinski y la francesa Isabelle Adjani...: ambos en sus respectivos roles antagónicos, dotan a sus personajes de una magnífica y absoluta belleza, a nuestro modesto entender nunca igualada en ninguna otra producción del estilo. Todo elogio es escaso si de ellos dos se trata.

El trabajo del histórico director alemán Werner Herzog ("Aguirre: la Ira de Dios", "El Enigma de Kaspar Hauser", "Fitzcarraldo") es impecable, logrando la ambientación más atmosférica posible, pletórica de depresión, oscuridad y tristeza; a lo cual colabora la descomunal banda sonora del filme, a cargo de Popol Vuh: ambiental, opresiva, asfixiante.

En síntesis: desde nuestra óptica, una de las más fantásticas expresiones del arte cinematográfico de todos los tiempos... Cómo no recomendarla efusivamente?

Título: "Nosferatu: Phantom der Nacht" ("Nosferatu")
Año: 1979
Origen: Alemania / Francia
Director: Werner Herzog
Principales intérpretes: Klaus Kinski, Isabelle Adjani y Bruno Ganz.
Duración: 107 minutos
Calificación: 10 puntos!

Comentó: Javier Parente, para OXIDO.-