lunes, 20 de agosto de 2012

Aguirre, la Ira de Dios (1972)



Werner Herzog nació en septiembre del 42' en Munich. Afamado escritor, productor y director, fue elevado hace ya tiempo a la honorífica categoría de "objeto de culto" por cinéfilos de todo el orbe. Creador de fascinantes joyas cinematográficas como "Nosferatu", "Fitzcarraldo", o la película que aquí vamos a reseñar -"Aguirre, la Ira de Dios"-, su nombre se asocia usualmente al de su gran actor fetiche (algo así como el Johnny Depp de Tim Burton, para que nos entendamos), el maravilloso y singular Klaus Kinski.

Kinski, nacido como Nikolaus Nakszynski en 1926 en Sopot, Polonia, ha sido uno de los más inusuales personajes de la historia del cine. Violento e irascible, su fama de individuo problemático alcanzó los mismos ribetes que la de actor. Es sabido de la pésima relación que lo unía a Herzog, con quien llegaron a amenazarse mutuamente de muerte durante esta filmación. La opinión que Kinski tenía del alemán era la peor, pero eso no impidió que juntos crearan algunas inolvidables gemas del séptimo arte. Como la que nos ocupa, la primera película que rodaron en sociedad.

"Aguirre, la Ira de Dios" fue filmada íntegramente en escenarios naturales del Perú, y muchas historias se tejieron en torno a ella. Que fue rodada con una cámara de 35 milímetros robada por Herzog de su escuela, que varias escenas no fueron ensayadas y los actores reaccionaban espontáneamente ante las situaciones que se planteaban, que Kinski hirió de gravedad en la cabeza a un asistente con una espada, y a un extra le voló un dedo de una mano de un tiro, que fue mordido de verdad por un mono en la escena final... O sea, toda clase de situaciones increíbles y fuera de lo común, que alimentaron la leyenda de "Aguirre" a través de los años, hasta transformarla en un preciado film de culto.

La historia se desarrolla en el siglo XVI y muestra a una expedición española, años después de la destrucción del Imperio Inca, bajando desde el Perú hacia el Río Amazonas, en afanosa búsqueda de la Ciudad de Oro, Eldorado. Dichos expedicionarios son liderados por Gonzalo Pizarro (Alejandro Repullés). Ante las innumerables dificultades del viaje, Pizarro comisionará a cuarenta de sus hombres para que naveguen a través del río en búsqueda de comida, de nativos mínimamente inteligentes, y del camino correcto hacia Eldorado. Don Pedro de Ursúa (interpretado por el mozambiqueño Ruy Guerra) es puesto al comando de este sub-grupo, quien pronto será traicionado y derrocado por el irascible e inescrupuloso Don Lope de Aguirre (Kinski, obviamente). La fiebre y la locura de Aguirre por llegar a la mítica Ciudad Dorada conducirá a los españoles a una desquiciada aventura selvática repleta de dificultades y peligros.

Varios detalles podrían dar a pensar que el producto no estaba llamado a pasar a la historia (algunos ya expuestos más arriba), sumados a errores (errores...?) casi amateurs en la filmación (como por ejemplo, el de la escena en la cual el improvisado carruaje en el cual llevan a Doña Inéz -Helena Rojo-, prometida de Don Pedro de Ursúa, se tambalea en el lodazal de fango, y una mano que aparece desde un costado -la de Herzog!- ayuda a los indios que la transportan). Pero nada de ello logró éxito en su conspiración contra el aura que rodeó a esta obra, agigantada por el paso de cuarenta años desde su estreno.

Ya desde la escena inicial, con los cientos de conquistadores bajando hacia el río por las montañas peruanas, el film impacta y estremece. La banda sonora es digna cómplice de las shockeantes imágenes plasmadas por la cámara robada por Herzog. La artesanal visceralidad de las acciones en medio del barro y de la impenetrable selva amazónica, son imposibles de lograr en el cine de hoy día. Se necesitaría esa cuota de magia que "Aguirre" sin dudas transmitía. Y grandes responsables de tal magia son la incompatible dupla Kinski - Herzog. El primero de ellos, dotando a Don Lope de Aguirre de una insanía descollante. El gran actor polaco transformó a su expedicionario español en una leyenda. Mientras que la brillantez de Herzog para crear climas y atmósferas ominosas, no tiene parangón.

Inquietante, movilizadora, imposible de olvidar. Una de las más valiosas joyas dentro del arcón donde se guardarían imaginariamente los mayores tesoros cinematográficos de todos los tiempos.

Título: "Aguirre, la Ira de Dios" ("Aguirre, der Zom Gottes")
Año: 1972
Origen: Alemania
Director: Werner Herzog
Principales intérpretes: Klaus Kinski, Helena Rojo y Del Negro.
Duración: 93 minutos
Calificación:☻☻☻☻☻☻☻☻☻☻!!

     

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