"Wrath of the Titans", también conocida como "Ira de Titanes", o, como se la llamó en Argentina -erróneamente- "Furia de Titanes II", vendría a presentarse como una continuación de aquélla "Clash of the Titans" estrenada un par de años antes, donde seguíamos el peregrinar del joven semidiós Perseo a través de la riquísima historia de la Mitología Griega, buscando vengarse de su tío el Dios Hades, por la muerte de sus padres -humanos- adoptivos, una familia de pescadores. En la anterior entrega, el atribulado Perseo lograba aniquilar al monstruoso y colosal Kraken, y habiendo logrado una suerte de reconciliación con su verdadero padre, el Dios Zeus, salvaba al cierre de la historia la vida de la princesa Andrómeda.
Ahora, en esta nueva aventura, una década ha transcurrido desde aquéllos hechos, y Perseo (nuevamente interpretado por el carismático pero inexpresivo Sam Worthington) lleva una vida bastante tranquila en una aldea junto a su hijo Helius (John Bell). Esta calma durará poco, porque Perseo se enterará de un nefasto plan llevado a cabo por el pérfido Hades (también interpretado por el mismo gran actor de la primera entrega, Ralph Fiennes) y por su propio medio hermano, Ares (Dios de la Guerra, rol jugado por el venezolano Edgar Ramírez), para quitarle su poder a Zeus (otra vez, el magnífico Liam Neeson). Hades y Ares tienen como consigna la liberación del padre de Zeus, de Poseidón (Danny Huston) y del mismo Hades, o sea: Kronos. Kronos -representado en el film por una imponente figura humanoide de fuego- es el antiguo líder de los Titanes, hechos prisioneros por los Dioses. Zeus, Hades y Poseidón han confinado a Kronos (como dijimos, su propio padre) al tenebroso Abismo de Tártarus, desde donde planean liberarlo ahora el mismo Hades con la ayuda del traidor Ares. Perseo tomará en sus manos la misión de ir en rescate de Zeus, quien debilitado por la falta de fé de la humanidad en sus Dioses, irá perdiendo paulatinamente poder, el cual será absorvido por el inmenso Kronos para poder liberarse.
El argumento es interesante -toda la Mitología Griega lo es, de hecho- pero del film en sí no puede decirse lo mismo. Está bastante por debajo de "Furia de Titanes", que dicho sea de paso, tampoco era una obra maestra, pero al menos contaba con un factor del cual adolece esta "Ira de Titanes": era muy pero muy entretenida. Mientras que esta "secuela" apenas llega a la categoría de "llevadera".
Cierto es que los actores son casi todos los mismos -al menos en los roles más importantes-, pero ni siquiera el hecho de contar con figuras tan taquilleras alcanza para salvar el incendio. Quizás aquella "Furia de Titanes" contaba con personajes más atractivos o carismáticos, tales como Caronte o las Brujas Greas. O simplemente la historia ha perdido sorpresa y originalidad, entonces por momentos todo se torna un poco tedioso y previsible.
Los efectos especiales son importantes, como en toda producción de este estilo que se precie. A modo de ejemplo, esa grotesca e imponente figura del Kraken ha sido reemplazada por otra igualmente impresionante, la de Kronos. Pero tampoco eso suma demasiado a la hora de otorgarle mucho crédito al film.
El director es el sudafricano Jonathan Liebesman, con escasos antecedentes, y ninguno de relieve ("Invasión a la Tierra", siendo generosos). Su labor es bastante más pobre que la de su predecesor, Louis Leterrier.
Un detalle quizás menor, pero que vale la pena mencionar, es que "Ira de Titanes" dura menos de cien minutos, una extensión menor para una producción de tintes tan épicos. Quizás era señal de que en esta "Furia de Titanes II" no había demasiado por contar... Y eso que estaba la Mitología Griega de por medio!
Título: "Furia de Titanes II" ("Wrath of the Titans")
Año: 2012
Origen: Estados Unidos / España
Director: Jonathan Liebesman
Principales intérpretes: Sam Worthington, Liam Neeson y Ralph Fiennes.
Duración: 99 minutos
Calificación: ☻☻☻☻☻☻
Comentario: Javier Parente, para OXIDO.-
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